Viajaremos en el tiempo para poder comprender y ver la relación que tienen. durante este viaje nos daremos cuenta de que todas ellas tienen en común una palabra clave que es el CAPITALISMO (palabra trabajada en la última sección de clase a través de un visionado de la pelicula Matrix y en la que me quiero centrar a lo largo de toda mi entrada)
Desde hace unos años atrás podemos decir que la palabra capitalismo empieza a dar sus primeros brotes en el siglo XVI, concretamente en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.
Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte
Después de este breve resumen de su origen y su historia ¿Se puede seguir creyendo en la existencia de un sistema capitalista? ¿Se puede seguir creyendo que el sistema económico actual es esencialmente distinto del que hubo en la Babilonia de Nabucodonosor?
Muchas veces se alega que los indicadores económicos en crecimiento señalan la vigencia irrestricta de una política capitalista o liberal. Pero hay que tener cuidado con afirmaciones de esta naturaleza. Que los indicadores económicos alcancen magnitudes sorprendentes en algunos países y resultados insatisfactorios en otros, no implica necesariamente que se esté aplicando una economía liberal. Afirmar algo semejante no implica otra cosa más que la costumbre de efectuar análisis simplistas sobre problemas de extrema complejidad.
Por ejemplo, la U.R.S.S. y otros países de los llamados de "detrás de la cortina de hierro", tuvieron indicadores económicos tan sorprendentes que, en el caso de la URSS particularmente, llegó a ser primer potencia mundial junto con los Estados Unidos hasta su desmembramiento a fines de los años 80. Si se estudia el PBI soviético de aquella época se podrá ver sin dificultad que nada tenía que envidiarle, en términos estadísticos, a los países capitalistas. Sin embargo eran y practicaban el comunismo. Entonces no se puede relacionar el PBI, Reservas Internacionales, baja tasa de inflación y otras variables por el estilo con liberalismo, así sin más, lisa y llanamente. Los fenómenos económicos no son tan simples como para resumirlos en pocas palabras o pocas frases o líneas.
Es cierto que, hoy día, en los mal llamados países "capitalistas" existe desempleo, frustración, desesperanza, etc., pero ello ocurre porque no se aplican políticas económicas de libre mercado. Si se aplicaran la situación sería diferente. Cuando se lo aplicó escasamente (entre 1780 y 1914/18 más o menos) lo fue. Es que la noción de lo que es un libre mercado está bastante distorsionada hoy en día. No se concibe el libre mercado sin algún tipo de regulación. No se entiende que la propia noción de libre mercado importa ya de por sí una fuerte regulación: la del propio mecanismo de mercado. Y esto ocurre porque se habla del mercado como un fantasma o un ser extraterrestre que habita entre nosotros, olvidando que el mercado no es otra cosa que un proceso de intercambio de valores entre la gente. Esto y afirmar que el mercado está formado por la actuación de todos, todos los días, es exactamente la misma cosa.
Aun si tomamos el caso de Argentina veremos que la nuestra, a pesar de lo mucho que se pregona en los medios periodísticos, universitarios, escolares, etc., no es una política económica liberal. Yo la tildaría de mercantilista. Como es sabido, el mercantilismo fue una escuela económica que se aplicó allá por los siglos XV y XVI. Dicha política económica se caracterizaba por su fuerte proteccionismo, núcleo central y alma mater de su doctrina. Era la política económica en el mundo del descubrimiento y la conquista de América. Hoy se aplica la misma política en casi todas partes del mundo solo que modernamente lo que antes fue mercantilismo hoy es intervencionismo. Mises escribió y estudió el tema del intervencionismo como muy pocos economistas serios lo han hecho hasta el presente. Sus escritos desarrollados entre la década del '20 hasta la del '70 (falleció en 1973) no han podido ser refutados por los modernos economistas pese al empeño que ellos han puesto en ese cometido. Vale la pena leer detenidamente las obras de Ludwig von Mises (49 en total incluidas las traducciones y reediciones) y también las de su discípulo Hayek.
También es frecuente entre los enemigos del capitalismo combatir las políticas de las organizaciones internacionales del dinero y del crédito. Es un error muy común confundir el FMI con un organismo liberal. No lo es. Los liberales de la Escuela Austríaca de Economía propugnan la eliminación lisa y llana del FMI.
El FMI es un supra organismo que explota a los pueblos libres y como tal debe ser suprimido. Sus recetas responden a las conveniencias políticas y no de los pueblos. El FMI pretende ser un banco central de los bancos centrales internacionales. Su política pretende financiar las aventuras socialistas de los países llamados del Tercer Mundo. Provoca permanentes desestabilizaciones de la moneda y genera las llamadas crisis económicas que por error se le atribuyen al capitalismo. El FMI responde al interés político de sus creadores, autoridades, de los grandes bancos y otros grupos económicos. El liberalismo es un movimiento que responde a los intereses de las masas y no de los particulares de los políticos que gobiernan.
Digo que la política del FMI es socialista porque es la política del Robin Hood: quitarle a los ricos para darle a los pobres. Expolia al contribuyente norteamericano y a los individuos productivos del mundo entero para darle ese dinero a los gobiernos irresponsables del mal llamado Tercer Mundo y hoy más que nunca a los rusos, que destruyeron su país después de más de 70 años de comunismo desenfrenado.
El capitalismo es un sistema inevitable, de momento que el sistema de propiedad es insustituible por sus claras ventajas demostradas a lo largo de la historia. Todo lo que cabe resolverse es quién disfrutará de la propiedad: el pueblo o el estado. El socialismo (y a la larga el actual intervencionismo) resuelve la cuestión poniendo la propiedad en manos del estado (y sus amigos empresarios) mientras que el capitalismo la pone en manos del pueblo. El problema reside en que el socialismo cree que el estado verdaderamente representa los intereses del pueblo cuando en realidad lo que representa el estado son los intereses de una minoría gobernante (y sus amigos empresarios) que se arrogan los derechos del pueblo.
En la medida que las masas se encuentran profundamente convencidas de este error, el sistema socialista se propagará irremediablemente produciendo sus nefastas consecuencias teóricas y prácticas (véase lo ocurrido en URSS, China, Vietnam, Cuba, Nicaragua, y demás países satélites detrás de la cortina de hierro). Cuanto más socialismo apliquen las potencias de Occidente más rápida será su debacle. Cuanto menos socialismo apliquen más tarde llegará el triste final. La solución en todos los casos es la aplicación lisa y llana de las medidas capitalistas, de mala fama pero gran efectividad, en forma total, abrupta y en un 100%.
En el siglo XIX, como consecuencia del desarrollo de nuevos métodos de comunicación y transporte los cambios empiezan a acelerarse aún más. La máquina de vapor se aplica a los ferrocarriles y a los buques. Con el siguiente siglo llegan los automóviles y los aviones. Bell pone en marcha el teléfono. Marconi, la radio. Los imperios europeos pueden recibir informaciones y enviar tropas rápidamente a cualquier parte del mundo. El nuevo sistema económico se expande e impone en todo el globo. El que los pequeños comerciantes y artesanos tengan acceso a un medio barato de transmisión de informaciones es un fenómeno completamente nuevo sin parangón en la historia universal. Es coherente que esa nueva posibilidad de comunicación y acumulación de conocimientos conduzca a un sistema económico completamente nuevo y diferente de los anteriores. Un gran número de ciudadanos particulares pueden acumular conocimientos y aplicarlos a sus actividades empresariales. Es lo que Karl Marx llamó la burguesía, una nueva clase social culta, no sacerdotal, no aristocrática, sino procedente de los pequeños artesanos y comerciantes. Una clase innovadora que aplica sus conocimientos al desarrollo de nuevas técnicas y métodos de producción.
También por primera vez hay un esfuerzo por analizar y comprender su funcionamiento y controlar su evolución. La ciencia económica actual apunta al mecanismo de determinación de precios en mercados libres como la clave del sistema capitalista. Es por ello que recibe también el nombre de sistema de economía de mercado. Este curso está dedicado a explicar los conocimientos actuales sobre el funcionamiento y medios de control del sistema de economía de mercado.
Pero.. tambien es posible encontrar las características distintivas del sistema económico actual debemos mirar quizá no al papel del estado y la iniciativa privada, sino al papel de las tecnologías de la información.
La economía actual es cada vez más, una economía global, en la que el capital, la producción, la gestión, los mercados, la fuerza de trabajo, la información y la tecnología se organizan en flujos que atraviesan las fronteras nacionales. No se trata de simplemente de que la economía tenga una dimensión mundial (lo cual comenzó a partir de 1492) sino que el sistema económico funciona cotidianamente como una unidad en el ámbito mundial. La primera fase de la revolución Industrial estuvo estrechamente identificada con ascenso de Inglaterra; la segunda con el avance de Estados Unidos y Alemania. La tercera fase el asenso de Japón, que durante las décadas del ´70 y ’80 supo sacar el mayor provecho de las posibilidades productivas de las tecnologías de la información, aunque esto no signifique que el liderazgo lo sigan teniendo estados Unidos y los países de Europa Occidental.
Hoy, la llamada revolución científico-tecnológica, que resume los efectos de la revolución científica, con el desarrollo de la biogenética, los descubrimientos en el campo energético, los procesos de automación producidos por la robótica, y la aplicación de la tecnología electrónica a las comunicaciones, posibilita la expansión del “capitalismo de mercado” como único futuro posible.
El capitalismo del siglo XXI presenta, como una de sus características más destacadas, la velocidad en el movimiento de los capitales. Las inversiones ingresan y se retiran de los mercados con la rapidez permitida por la comunicación electrónica, y los ejecutivos que toman esas decisiones disponen de un menú de datos precisos, respecto a las ventajas o peligros que ofrecen (para los inversionistas) los mercados nacionales o regionales. De este modo, las instituciones y sociedades privadas ejercen, como nunca antes, un gran poder en la conducción de los asuntos mundiales, debilitando la capacidad de decisión que los estados nacionales tienen en los asuntos que competen a sus problemas sociales y económicos. A este original y nuevo proceso se lo conoce con el nombre de transnacionalización de los asuntos mundiales o desterritorialización de los mercados.
Las empresas transnacionales procuran evadir los controles políticos de sus respectivos países de origen y, buscan configurar los espacios nacionales en función de sus propios intereses, adecuándolos a sus metas de beneficio y eficacia, no considerando, por lo tanto, el carácter ni las necesidades de las sociedades en las cuales repercute su acción.
a modo de critica podemos decir que el capitalismo es un sistema caracterizado por la explotación intraeconómica (a diferencia del esclavismo y el feudalismo) de la fuerza de trabajo del hombre al constituir el trabajo como una mercancía más. Esta condición sería su principal contradicción: Medios de producción privados con fuerza de trabajo colectiva, de este modo, mientras en el capitalismo se produce de forma colectiva, el disfrute de las riquezas generadas es privado, ya que el sector privado "compra" el trabajo de los obreros con el salario. La alternativa histórica al capitalismo con mayor acogida ha estado representada por el comunismo y el estatismo.
y para finalizar decir que este sistema capitalista es, sin duda alguna, el que más ha arraigado en el subconsciente de los ciudadanos. Aunque muchos de los mismos, no sepan explicar con exactitud, qué es el capitalismo, el mercado, el capital, la inflación etc, los valores del consumismo, del tener más, de la competencia, han calado profundamente en ellos y son sin duda alguna, los que ya desde muy temprana edad, marcan el rumbo, el objetivo de sus vidas.
Hoy, resulta casi imposible mantenerse al margen de una sociedad que genera deseos traducidos en necesidades, y escapar de un sistema en el que lo bueno se mide mediante precios, e incluso se puede comprar, es algo hipotético. No obstante, quienes adquieren cierta constancia de qué significa este sistema económico, como influye políticamente, y cuáles son los “costes” sociales del mismo, deben reflexionar, y plantear solucionesPor lo que me gustaría incidir en el problema que supone eso que llamamos “globalización”, reino universal del capital financiero, que avanza inexorablemente, sin permitir ningún refugio, estructurando toda la vida social según sus intereses, y, en contrapartida, esa nueva forma de esclavitud en la que millones de seres humanos nacen condenados a pagas su cuota de deuda externa “hasta la muerte”. Preocupante es pues, el estado económico mundial, regido por las multinacionales, el FMI, el BM, la OMC, y la política gubernamental neoliberalista, que privatiza “todos” los bienes públicos y somete el estado social a la presión del mercado...
NOTA: Aquí os dejo una entrevista hecha al científico social egipcio Samir Amin acerca de el alcance de la crisis en la perspectiva histórica de la
mundialización del capitalismo.
Muy bien. Lo vemos en clase. Saluditos Lola
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